Quizás sea el astro más observado por la humanidad por su cercanía a la Tierra, y por ser el más luminoso, o quizás no, por eso de tenerla siempre ahí. Un observador ve en ella figuras y paisajes que otras personas no ven y por ello vamos a dedicarles esta exploración lunar.
Como todos sabéis, la Luna sigue una órbita en sentido antihorario, con una velocidad media de 1 Km/s y un periodo de 27,32 días. La órbita de la Luna es ligeramente elíptica: en el perigeo, el punto de máxima proximidad a nuestro planeta, se sitúa a unos 365.000 Km; en el apogeo, punto de máxima lejanía, se encuentra a 409.000 Km.
Debido al sutil tirón gravitatorio de las mareas terrestres, que van ligeramente por delante de la Luna debido a la rotación terrestre, la órbita lunar se expande en torno a los 3 cm anuales.
El conjunto Tierra-Luna ha recibido la denominación de planeta doble por la relación que presentan ambos cuerpos. Ningún otro planeta posee un satélite tan masivo en comparación con su propio tamaño. Durante 4.500 millones de años, las interacciones mareales de ambos cuerpos han ralentizado la velocidad de rotación de la Luna, de modo que hoy es casi igual al tiempo que tarda en completar una órbita, y también ha frenado la rotación de la Tierra, lo que alarga el día progresivamente. Sin la Luna, la Tierra se balancearía mucho más en su órbita en torno al Sol, por lo que el clima resultaría mucho más errático y, tal vez, menos propicio al surgimiento de la vida.
Las hipótesis apuntan a que ambos cuerpos tuvieron un origen común, ya que los isótopos de oxígeno de las muestras traídas por los astronautas de las misiones Apollo, son semejantes a los de la Tierra. En la misión Apollo 14, los astronautas trajeron varios kg de roca lunar, pero saltó la sorpresa al encontrarse material de origen terrestre, donde se encontraron el mismo resultado.
Todo apunta a que un gran impacto que recibió la Tierra hace 4.500 millones de años, de un objeto del tamaño del planeta Marte, el conocido Theia, fue el que dio origen a nuestra compañera Selene. Su inclinación fue casi rasante, arrancando material terrestre, dejándolo en órbita y acumulándose formando un nuevo cuerpo, la Luna. Es la hipótesis más acertada, pero un nuevo descubrimiento realizado este año en la Universidad Estatal de Arizona, demuestra que el impacto fue más directo y que parte de Theia, se encuentra enterrado en el manto terrestre.
¿Y para qué nos sirve saber estos detalles sobre la formación de la Luna? Para conocer el porqué de una superficie tan extraña, darle una explicación al porqué la Luna presenta siempre la misma cara y por qué nunca vemos la cara oculta. Otro de los misterios de la Luna son las densidades y distintas composiciones que presentan algunas rocas, según la zona donde se encuentren, entre otros enigmas que van surgiendo conforme vamos conociendo más detalles sobre la Luna. Vamos a dejar todos estos detalles para otro artículo y vayamos a explorar la superficie lunar, o parte de ella.
Viendo la Luna en fase llena, nos daremos cuenta que el hemisferio norte se compone básicamente de mares de basalto y de sinus, o bahías, separados por cadenas montañosas en arco y salpicados de cráteres jóvenes. Los cráteres Copernicus, Erathostenes, Archimedes, Cassini y Aristoteles forman una línea de impactos de primer orden en dirección nordeste.
En el hemisferio sur vemos todo lo contrario. Está dominado por tierras altas brillantes, compuestas por cráteres de diversos tamaños. Un rasgo prominente lo constituye el cráter Tycho, cuyas eyecciones se extienden hasta 2.250 Km. También es destacado Rupes Recta en el Mare Nubium y una línea de cráteres dirección norte-sur de impactos destacados compuestos por: Ptolomaeus, Alphonsus, Arzachel y Purbach.
A continuación, vamos a destacar los rasgos más importantes de la superficie de la Luna:
MARÍAS
Los mares (Maria) son, en su mayoría, cráteres gigantes inundados de basalto y componen el 17% de la superficie. La lava de su interior no procede de erupciones volcánicas, sino que manó de grietas y fisuras. Se extendió de forma tranquila y fluida, cubriendo accidentes anteriores.
TERRAE
Las tierras altas lunares componen la parte escarpada y craterizada del satélite. Consta principalmente de dos tipos de roca: la anortosita, rica en minerales de feldespato de colores claros que cristalizaron del océano de magma, y brechas, creadas por impactos. Las tierras altas son mucho más antiguas que los mares, pues presentan un número mucho mayor de impactos; el número de cráteres por kilómetro cuadrado puede emplearse para calcular la edad.
LACUS
Lago en latín, son planicies de forma irregular con bordes complejos, no muy definidos, con un albedo semejante a los mares, cuya formación superficial se formó mediante flujos de lava basáltica.
MONS
Aunque llevan el nombre de las conocidas cordilleras de la Tierra, las montañas lunares no son productos de levantamientos de la corteza y de la erosión. Las montañas de la Luna, en su mayor parte, bordean cuencas de impactos gigantes, llenas de lava, que se crearon al principio de la historia de la Luna.
RILLES
Los accidentes geológicos lunares a modo de canales, llamados rilles o surcos, se extienden hasta cientos de kilómetros por toda la superficie. La gran mayoría se presentan en los mares lunares o en cráteres rellenos de basalto. Los datos aportados por el Apollo 15, indican que los rilles curvados representan, probablemente, antiguos tubos o canales de lava, mientras que los más rectos se deben a fallas.
RUPES
‘Escarpados’ en latín, son accidentes geológicos en forma de largas lineas que parecen grandes grietas en la superficie lunar, con un lado más bajo que el otro. La longitud y la altura de estas escarpaduras son tan variados como su forma: unas son como riscos, mientras que otras tienen laderas suaves. Se considera que las rupes son el resultado de fallas en la corteza lunar. Tales fallas parecen haber sido causadas por impactos y tal vez por otras fuerzas, como efusiones de lava.
SINUS
Son bahías de formación basáltica de estructura similar a la de un mare. Están separados por cadenas montañosas en arco y salpicadas de cráteres jóvenes.
RIMA
Son depresiones largas y anchas que se extienden por la superficie lunar, normalmente por los mares, que se asemejan a grandes canales. En la fotografía de Rupes Cauchy, arriba del cráter nos podemos encontrar con Rima Cauchy.
PALUS
Son áreas relativamente llanas e irregulares (pantanos) con aspecto grisáceo característico del terreno continental, con la característica general de tener un albedo superior a los mares.
CRÁTER
Los cráteres de impacto, que llevan nombres de astrónomos, filósofos y astronautas, entre otros, son el rasgo descollante de la superficie lunar. Fueron formados por asteroides, cometas y meteoritos que se estrellaron contra la Luna a diversas velocidades, con un promedio de unos 20 Km/s. Los cráteres están divididos en dos grupos: los cráteres sencillos son pequeños y de forma cóncava, y los complejos son mayores de 16 Km de diámetro y tienen bordes aterrazados y picos centrales. Además de éstos, nos podemos encontrar con cráteres ‘fantasma’ como los que nos podemos encontrar en la fotografía del cráter Cauchy, que son cráteres que han sido borrados, total o parcialmente por los depósitos de material que eyectaron otros impactos cercanos a él.
Después de haber estudiado la geología lunar, algo que nos llama la atención cuando la observamos con telescopio, son los juegos de luces y sombras que se producen entre cráteres y otras formaciones, que se asemejan a objetos u otras formas curiosas. Estas ‘curiosidades’ se deben a la iluminación que recibe la Luna del Sol que cada día provoca una fase distinta, ganando o perdiendo luz según el inicio de fase llena o nueva que se encuentre. En ese cambio de fase producido por el giro de nuestro satélite alrededor de la Tierra, es donde podemos ver ese juego de luces y sombras. Donde más podemos ver es cuando se están produciendo los cuartos, pero a veces, es el mismo capricho de la naturaleza selenita la que produce estos ‘asterismos lunares’. Vamos a ver unos ejemplos:
Cerca del cráter Fra Mauro, nos podemos encontrar estos montes que se asemejan a la corona de un rey o reina, como nos muestra Óscar Martín (foro LQ), al igual que otro juego de cráteres y terrenos que se asemejan a la cara de un gato, como podemos ver en la fotografía de abajo.
Esta curiosa forma de ‘cara de gato’ se encuentra en el Mar de la Fecundidad. El cráter McClure representa el ojo derecho en la fotografía.
Si nos vamos a lo sencillo, incluso con prismáticos podemos observar una X en la Luna. Este juego de luces y sombras lo podemos ver durante unas pocas horas antes de que llegue el cuarto creciente, como nos muestra Belén Santamaría en una sencilla fotografía lunar hecha con el móvil.
La X está provocada por los bordes altos de los cráteres Blanchinus, La Caille y Purbach; situados a un tercio de distancia en el terminador dirección Sur-Norte. Para su observación se requieren instrumentos mayores de 70 mm y trabajar con aumentos medios para poder encontrarla. En la fotografía de abajo, tomada por Leonor Ana (AstroHita) podemos verla con mejor detalle junto a otros dos juegos de luces y sombras que forman una V, que se trata de una formación rocosa al sur del Mare Vaporum, y una estructura con forma de corazón formada en los Montes Arquímedes.
En esta otra fotografía podemos apreciar mejor la forma de corazón que presenta esta cadena montañosa. Pero aquí no queda la cosa, porque tenemos otro corazón en la Luna. Así nos lo muestra Óscar en otra fotografía tomada este 18 de Septiembre de 2021. Se encuentra en los alrededores del cráter Anaximander, donde Carpenter es el cráter referencia.
Otro de los asterismos lunares que nos muestra Leonor Ana, es la de un niño jugando con un balón, al que también podemos llamar el ‘Jugador del fútbol’ que podemos ver en los Montes Teneriffe, situados en el Mare Imbrium cerca del cráter Plato.
Otro de los efectos que también llaman mucho la atención es la Doncella de la Luna, visible desde el décimo día del novilunio hasta llegar a cuarto creciente en el Promontorium Heraclides, situado al borde suroeste de Sinus Iridum, también fotografiado por Leonor Ana.
Por último, y seguro que me faltarán muchos asterismos, otro de los más conocidos también fotografiado por Leonor Ana y Faustino Organero, es ‘La espada de Huygens’, una combinación de dos accidentes geográficos en el Mare Nubium. Al sudeste nos encontramos con una falla llamada Rupes Recta donde en su extremo sur, nos podemos encontrar con un grupo de montañas llamadas, no oficialmente por la IAU, “Stag’s Horn Mountains”. A continuación veremos un cráter en forma de C que completan La Espada de la Luna o la Espada de Huygens, en honor a su descubridor.
Como habéis visto, la Luna es muy entretenida, podemos buscar estos juegos de luces y sombras e incluso descubrir nuevos asterismos que serían dignos de darlos a conocer.
¿Te atreves a buscarlos?